martes, 26 de mayo de 2009

Erratas


Ayer mientras estaba investigando para hacer la nota anterior, encontré esto. La verdad que se me pasó, ahora que pienso no los tendría que haber bardeado tanto... Al final siempre piensan en nosotros... ¡Gracias Feisbuc!, yo te banco.

La Generación Feisbuc


Hoy lejos de hablar de las próximas elecciones legislativas, la gripe porcina, el dengue, la inseguridad, gran cuñado, los pasos que está dando Obama hacia la derecha, la ley de radiodifusión o si Gasalla se queda con Marcelo o Susana; el tema de hoy es muy simple, pero no por eso no lo voy a tratar con la seriedad que se merece: el tan admirado Facebook.

Antes que nada quiero aclarar que yo tengo una cuenta en feisbuc. Así que todo el análisis que se hará a continuación está basado en experiencias personales. ¿Por qué me uní a Feisbuc? Fácil, por la misma razón que se unen todos los hombres heterosexuales a boludeces tan grandes como esta: Conocer personas del sexo opuesto. Pero lejos de quedar como un calentón (o pajero) digo esto porque se que varios hombres van a estar de acuerdo con mi justificación.

La red social conocida como Facebook, fue lanzada al mercado en febrero de 2004 por el estadounidense Mark Zuckerberg y en un principio sólo podían entrar estudiantes de la Universidad de Hardvard. Lejos de que esta nota se parezca a un articulo al estilo Wikipedia, sólo voy a agregar que esta red social llegó a tener 200 millones de usuarios en noviembre de 2008 y tiene un ingreso anual de 150 MILLONES DE DOLARES (lindo currito ¿no?). Lo cierto es que en Feisbuc uno puedo encontrar y/o enterarse de todo: desde jugar al “Simón dice” hasta saber con quién te está metiendo las guampas tu pareja.

Con sólo unos simples pasos, según el propio señor Feisbuc: “Casi cualquier persona con conocimientos informáticos básicos”, puede unirse a la comunidad. Una vez que ya estás adentro uno puede subir sus fotos, agregar amigos que también pertenezcan a la red, conocer gente y agregarla como “amigos” también (aunque lo más probable es que si te cruzas a alguna de estas personas en la calle ni siquiera la saludes), subir tus fotos y datos personales (así cualquier persona puede leer y enterarse de tu vida privada), pertenecer a grupos o ser fan de personas reconocidas como Hernán Caire o alguno de Casi Angeles y hasta jugar juegos sin sentido, como por ejemplo: “Guerra de Pandillas”, “Pet Society”, entre otros.

Pero la verdad es que el Feisbuc no sólo sirve para levantar minitas, que los chorros sepan hasta tu DNI, ser fan de alguien que hasta ahora sólo lo conocia su vieja o pasarse la tarde cagando a trompadas a otra “pandilla”; sino que también es un movimiento político. Por ejemplo el candidato a Diputado Nacional por el PRO-peronismo en la provincia de Buenos Aires, Francisco de Narváez, agotó la lista de amigos posibles en la red. Hay que aclarar que Feisbuc cuenta con un margen de 30 mil amigos solamente, entonces es muy probable que todos los amigos de Francisco sean en realidad sus empleados.

Muchos argumentan que la CIA utiliza el Feisbuc como una herramienta de reclutamiento de agentes y recopilación de datos de las personas en todo el mundo (una especie de fichero mundial y virtual). La verdad que yo no encuentro ni descabellado ni paranoico quien afirma esto, si una mina se da cuenta si la estás engañando con sólo entrar a su cuenta (¡¡ni siquiera tiene que entrar a la tuya!!), cómo espías profesionales no van a poder saber lo que haces desde su computadora.

En resumen, queridos lectores, una vez “los poderosos” (en este caso la CIA) encuentran maneras de controlarnos. El Feisbuc, bajo su fachada de un inofensivo sitio web para relaciones interpersonales, es una buena manera de vigilancia y control por parte de sectores poderosos.




Pd: Esta misma nota la pueden encontrar en mi Feisbuc con sólo agregarme

miércoles, 20 de mayo de 2009

"La muerte es una joda" (Homenaje a Benedetti)

Debido a la muerte de uno de mis escritores favoritos (y, principalmente, al hecho de que no se me ocurría nada sobre qué hablar esta semana, tengo que admitir), se me ocurrió la idea de dejarles un cuento de Mario Benedetti, donde deja en evidencia su visión sobre la muerte con una perspectiva humristica como nos tenía acostumbrados. Ya que creo que la mejor manera de recordar al escritor uruguayo es dejar que sus palabras hablén por nosotros. ¡Saludos gente!

"La muerte es una joda"

Gerardo: ¿qué tal? Estoy en México, distrito federal, o mejor dicho DF, para evitar la rima en la prosa, algo que, según recuerdo, figura entre tus alergias de lector. Hace quince días que llegué y tal vez me quede (ya te indicaré más adelante el porqué de esa inseguridad) quince días más. Como siempre que me sumerjo en esta combinación poshispana, ya me desmayé en dos ocasiones (una vez fue en la bañera y otra junto a la cama de este simpático hotel de tres estrellas), sin que nadie acudiera a socorrerme, y al cabo de cinco o diez minutos (no llevo conmigo un desmayómetro) resucité sin mayores consecuencias físicas. Y digo físicas, porque cada vez que me desmayo en México (en otros puntos del planeta sólo me desmayé una vez: a la vista del óleo con los zapatos de Cezanne, pero fue de emoción incontrolada), digo que cada vez que me desmayé en México DF, tengo la impresión de que en el alma me sale una verruga. Vos que sos licenciado en psicología tal vez puedas responderme: ¿existen las verrugas espirituales? Ustedes no las llaman así, ya lo sé, sería demasiado comprensible para vuestros inermes pacientes, pero yo, como no-licenciado en psicología, las llamo verrugas y se acabó.

De esta ciudad, en la que uno tiene la impresión de que vive media humanidad y que siempre está cubierta de humo o de bruma o de neblina, me gusta la gente, ufana y desenvuelta, con un enigmático mohín indígena, habituada al inevitable deterioro de sus pulmones y a la comparecencia pretérita y actual (y casi seguramente venidera) de los vecinos del norte que les robaron buena parte de su territorio. Los yanquis son en México la otra contaminación. Los aman y los odian. Es tan raro, che. Tengo aquí amigos entrañables a los que nunca les digo ni les escribo semejantes pelotudeces, acaso injustas. Sé que no escribís a los amigos (y menos aún a los enemigos), me consta que sos un estreñido postal, pero ahora la humanidad se ha vuelto cibernauta, podrías agenciarte un modesto Windows 95 (todavía no el 98) para hacernos saber, en uso y abuso del e-mail, de tu vida y milagros, de tu tenaz y casi fanática solteronía, de tu siempre actualizada profesión, que tanta atracción ejerce sobre los inexpertos catalanes y madrileños. Ya sé que los analistas porteños han copado el mercado peninsular, pero vos te metiste de a poco en ese ruedo casi exclusivo y ya tenés más pacientes (y sobre todo impacientes) que los coleccionados por el viejito Freud en su largo campeonato.

Pero ahora te estampo una consulta en serio, cuya respuesta a distancia confío no genere honorarios, debido 1) a nuestra larga, fecunda y leal amistad, 2) a que los giros bancarios suelen extraviarse, y 3) a que nunca creí demasiado en el psicoanálisis. Carajo, pensarás con toda razón, ¿y entonces para qué me consulta este tilingo? Bueno, en realidad este tilingo te consulta, no como reputado profesional, sino como amigo del alma, alma que en mi caso es más tacaña en mi esqueleto, pero mucho más sabia. La pregunta es la siguiente: ¿a qué altura de la existencia puede aparecer la obsesión a la muerte? Pavada de pregunta ¿no? Te confieso que nunca tuve ese metejón pre mortuorio. Siempre me desenvolví como si fuera eterno, es decir inmorible, un neologismo que me parece más adecuado a mi caso. Nunca padecí esa angustia, mejor dicho, nunca hasta hace dos meses, o sea hasta mis 54 años recién cumplidos, cuando detecté un dolorcito estúpido en mi flanco izquierdo, y, por segunda vez en mi vida (la primera fue a los doce años, cuando tuve la tos convulsa) fui atendido por un médico, quien, tras hacerme varios análisis clínicos y ecografías, me volvió a citar en su consultorio, y allí, tras repantigarse como un gorila en una sonrisa odiosa, me espetó, escuetamente y sin anestesia, que el resultado de tantos exámenes era que yo tenía cáncer, y luego, sin diagnóstico augurándome que en el mejor de los casos me quedaban seis meses de roñosa vida. ¿Qué tal pibe? Por eso me vine a México DF, ansioso por desmayarme por última vez en tierra de Pancho Villa y del subcomandante Marcos.

Ante semejante futuro ignominioso tal vez te sorprendas el tono bienhumorado y hasta jodón de mi misiva, pero no me creas. Es puro teatro. Desde cualquier ángulo que la mires, la muerte es una joda. En el fondo me siento como un escombroso finisecular y precinto horas por noche. A veces seis. Mi última confianza es que en mi próximo desmayo mexicano no me despierte en esta confortable habitación 904 sino en la vera de San Pedro. Porque sigo convencido de que Dios no existe pero San Pedro sí. A la espera de tu carta de consuelo, aquí va un abrazote casi póstumo de tu amigo de siempre y hasta nunca, Juan Andrés.

lunes, 11 de mayo de 2009

“¿Y? ¿Cuánto falta para el verano?”

Esta parece ser la pregunta que se hacen todos los argentinos. Lo cierto es que el 2009 al final no parece ser taaaan copado como aparentaba. Con un comienzo que emocionaría hasta el más pesimista de los seguidores de Carrió, el verano 09 parecía ser el comienzo de una nueva era, donde todos los errores del pasado quedaban atrás y una persona de tez morena iba a salvarnos del Apocalipsis que causo una personita llamada George W. Bush.
Pero el destino nos esperaba con distintas sorpresas a los argentinos: La inseguridad que se sufre todos los días en las calles (tanto del barrio como de la ciudad), lo que nos lleva también a que los pobres “famosos” tengan que salir de sus countries y sus autos blindados para pedir seguridad al gobierno nacional y “que se dejen de joder con eso de los Derechos Humanos”; el dengue; las elecciones que se adelantaron por un gobierno cada vez menos creíble (que apela al caos para sostenerse, como si fueran la única opción) y una oposición que está dividida en ver quién vota en contra más proyectos oficiales; y, ahora, la fiebre porcina… ¡Que ya encontró un caso de una persona infectada en nuestro país, y vamos por el segundo!. Estos son sólo algunos de los puntos más importantes que hacen que muchos dejen de pensar: “Que bueno que va a estar este año”, y comiencen a decir: “¿Falta mucho para que se termine este año de mierda?”.

Creo que con el tema de la inseguridad no hay mucho que agregar (ya hablaron por demás mis colegas de la farándula), pienso que hay dos vertientes de la clase media/alta porteña bien diferenciadas: Una de ellas, levanta las banderas de “meterle bala a cualquier negrito cabeza que ande dando vueltas por las calles…Y si es menor mejor todavía porque no puede ir preso”. Aunque aclaran: “llamamos negros cabezas, a los negros de alma; no los de piel eh. Porque nosotros no discriminamos”. Mientras que la otra corriente es más moderada, ya que pide “que sólo se maten algunos negros de mierda, ya que yo no pienso agarrar una pala para trabajar nunca en mi vida”. Sin embargo, concuerda con la otra corriente ideológica en lo de “matar y, si es posible, descuartizar menores; ya que son los peores y están impunes”.

Por otra parte, el pobre mosquito que produce la enfermedad del Dengue (llamado Aedes, de nombre y Aegyptis, de apellido), se dice que estaría rondando los pasillos de Canal (á) y Utilísima en busca de un lugar en la pantalla chica ya que su contrincante, la Fiebre Porcina, ocupó todo su espacio en los noticieros locales de canales de aire. En cuanto a esta última, los especialistas aseguran que “ya podríamos contar con 2 o 3 casos de personas infectadas”. Además, aseguran: “esperamos que sigan aumentando los casos de esta enfermedad, así dejamos de ser un país Out que tiene 12 mil casos de Tuberculosis por año y unas 4 millones de personas infectadas de Mal de Chagas, para pasar a estar en la línea de países In que tiene Fiebre Porcina”.

Por último, la carrera por las elecciones del 28 de junio para renovar la mitad de las bancas de la Cámara de Diputados y un tercio de las bancas del Senado ya está en marcha. Nombres como los de Néstor Kirchner, Daniel Scioli, Carlos Heller, Aníbal Ibarra y hasta Nacha Guevara no sólo asustan a la mayoría del electorado sino que también, son lo único que tienen para presentar las listas del oficialismo. Mientras que la Coalición Cívica (unida con la UCR) no se queda atrás, con nombres que harían emocionar a cualquier falso “progre”, como por ejemplo: Julio Cobos, Elisa Carrió, Margarita Stolbizer y Raúl Alfonsín (hijo, por motivos más que obvios ¿no?). Sin embargo, si usted es un derechista nato y cree que la única solución a todos nuestros problemas es meter a pibes en la cárcel y balas a los que se lo merecen*, el Pro-peronismo es la mejor de sus opciones: Nombres como el de Gabriela Michetti, Felipe Solá y (el capo de la efedrina por excelencia) Francisco De Narváez alcanzan y sobran para cumplir con sus expectativas.
*Aclaración: “meter a los pibes en la cárcel” y “hacer gatillo fácil con los que se lo merecen”, es el lema de todos los partidos nombrados. Lo que los diferencia es la clara evidencia que tiene el PRO-peronismo, ya que no lo disimulan ni un poquito.





Como ven gente el 2009 al final no pinta tan lindo como parecía, pero si usted es lo suficientemente optimista como para seguir saliendo a la calle después de todos estos hechos, puede ser que llegue a ayudarnos a mejorar este país… Por lo menos hasta que llegue diciembre con sus fiestas.